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Mi entorno me limita
Me fui infiel a mí por querer encajar
Hace unos días, cuando todavía estaba en Barcelona, fui con mi madre a visitar a mis abuelos.
Casualmente, en ese momento comenzaba un partido de fútbol ‘importante’: Real Madrid - Barça.
Mientras mi abuelo veía concentrado el partido desde su butaca, mi madre, mi abuela y yo nos sentamos en el sofá y comenzamos a hablar de nuestras cosas.
Aunque nada de lo que comentábamos era importante, estábamos completamente metidas en nuestra conversación, sin prestar ningún tipo de atención al partido.
De repente, mi abuelo se giró hacia nosotras y, señalando la televisión donde se veían miles de personas en el Estadio viviendo el partido, nos dijo:
‘No lo puedo entender. Sois las únicas personas del mundo que en este momento no están pendientes de este partido.’
En ese momento, las tres nos echamos a reír, pero después comencé a reflexionar sobre esto.
Una de las principales fuentes de frustración en nuestras vidas es la comparación inconsciente y automática que hacemos con los demás.
Y, lo más peligroso, es que pensamos que nuestra experiencia es la muestra suficiente para sacar conclusiones: Mis tres relaciones han terminado mal. Conclusión: Todas las relaciones terminan mal.
En este momento, en mi pueblo, hay un Boom de embarazadas.
Vas por la calle y ves carritos de bebé por todas partes.
Muchísimas chicas de mi edad, incluída mi hermana y amigas cercanas, han sido madres el último año.
Si ves que muchas de personas cercanas se quedan embarazadas, es fácil caer en el sesgo de pensar: todo el mundo se está embarazando. Y esta frase suele llevar implícito un ‘menos yo’.
En mis sesiones de coaching, es común que las chicas con las que trabajo piensen que ellas son las únicas que atraviesan ciertas situaciones y que todos los demás disfrutan de vidas equilibradas y relaciones saludables.
Cuando la realidad, es que no es así.
(Si no, yo no tendría más que una persona con la que trabajar. La única con problemas en este mundo.)
Si en tus redes sociales ves constantemente personas haciendo planes con sus amigos, es probable que pienses que todo el mundo sale con sus amigos.
Y, si tu no tienes un grupo con el que salir, es fácil pensar que tu vida es un fracaso por no tener lo que todo el mundo tiene.
Sin embargo, no estás viendo la foto de las personas que no están saliendo, de todas las personas que se sienten igual de solas, que atraviesan crisis en sus relaciones, que no se quedan embarazadas o que no están viendo el bendito Barça - Madrid.
A pesar de que estoy de acuerdo con que ‘mal de muchos, consuelo de tontos’, cierto es que ser consciente de que no eres el único en el mundo que atraviesa una situación complicada, te ayuda a comprender que no eres el ‘bicho raro’ al que todo lo malo le pasa mientras los demás disfrutan de vidas de color de rosa.
Y, ¿por qué es importante no dejarse arrastrar por este sesgo?
Porque mantener esta visión objetiva de la realidad te ayuda a serte fiel a ti.
Hace aproximadamente 5 años, mi grupo de amigos más íntimos estaban en momentos muy dulces de sus vidas: tenían todos un buen trabajo, con buenos ingresos, una pareja estable y algunos ya estaban pensando en casarse y comprar su primera casa.
Mientras tanto, yo me encontraba en una relación de pareja que no me llenaba, en un trabajo que odiaba y con la única idea en mi mente de comprarme una camper y largarme con mi perro a recorrer mundo.
La presión inconsciente que ejercía la situación social-económica-emocional de mis amigos era mucho mayor de lo que yo podía llegar a imaginar.
Ver que TODOS tenían su trabajo, su dinero, su pareja y sus proyecciones de vida, me ‘empujaba’ a mí a mantener mi trabajo, mi dinero, mi pareja y mis proyecciones de vida (condicionadas por las suyas), a pesar de que ninguna de esas cosas me hiciera realmente feliz.
Mi entorno era como una lente distorsionada que me hacía ver que ‘todo el mundo’ tenía vidas estables y eso me condicionaba mí a la hora de tomar decisiones que se salieran de ese esquema.
Por suerte, fui fiel a mi intuición y lo dejé todo: pareja, dinero y trabajo. Y a partir de ahí comenzó el verdadero camino. El mío propio.
Si en este momento algún área de tu vida te genera disconformidad, presta atención a este tipo de sesgos.
Date cuenta de si lo que percibes en tu entorno te está condicionando y empujando a mantenerte en un lugar que no te llena, porque piensas que es ‘lo normal’ o ‘lo correcto’.
Esta comparación inconsciente con el resto, no solo te está manteniendo en un lugar que no te hace feliz sino que, además, te está llevando a observarte desde un prisma de excesiva exigencia y esa perspectiva no te va a ayudar a avanzar con libertad.
La única forma de encontrar tu verdad es atreviéndote a explorar tranquilamente, quitándote de encima lastres como el qué dirán o lo que se espera de ti.
En mi caso, ese acto de ‘rebeldía’ ha sido la mayor muestra de amor propio porque me ha permitido tener, a día de hoy, la pareja que siempre había soñado, un trabajo que me encanta, un entorno que me apoya y, sobre todo, una gran relación conmigo misma.
JOURNALING
Establece 15 minutos de reunión contigo. Ponte música relajante y escribe con la absoluta tranquilidad de que nadie más que tú va a leer esas palabras.
¿Qué decisiones no estoy tomando por miedo a ser diferente al resto?
¿Qué me está haciendo creer mi entorno que no tiene por qué ser una verdad absoluta?
¿En qué me estoy comparando con los demás?
¿Qué necesitaría escuchar para dar el paso que me gustaría dar?
Si fuera completamente sincera conmigo y no me importara la opinión de los demás, ¿qué haría?
AVISOS IMPORTANTES
Me siento muy agradecida ya que actualmente mi agenda está a punto de llegar al límite de sesiones individuales que puedo abarcar.
En este momento, solo puedo trabajar con tres personas más, así que, si te interesa iniciar un proceso de acompañamiento individual, contacta conmigo para recibir toda la información.
Como siempre, muchas gracias por estar aquí. Te escribo el próximo miércoles.
Y recuerda que…