Perdí 6.000 euros en mi primer negocio

¿Qué lecciones aprendí?

Si estás abriendo este email es porque probablemente estés dándole vueltas a la idea de emprender tu propio negocio.

Si es así, me hace muchísima ilusión acompañarte en este maravilloso camino de emprendimiento para que podamos compartir experiencias, celebraciones y también momentos de frustración.

Hace aproximadamente 5 años creé una marca de ropa con mi mejor amiga.

Fue una experiencia inolvidable.

Sobre todo porque nos dejó con 6.000 euros menos en el bolsillo, una relación de amistad de más de 10 años a puntito de destruirse y varios meses de trabajo tirados a la basura :)

O, al menos, esa fue la idea con la que yo me quedé hasta hace más o menos un mes, antes de mudarme a Perú.

(Me mudé hace unas semanas a Perú por amor, pero esa historia te la cuento otro domingo).

Justo antes de cruzar el charco cené con mi amiga para despedirnos (por suerte nuestra amistad sobrevivió al desastre empresarial) y casualmente nos pusimos a hablar de qué habíamos aprendido cada una de esa experiencia.

Después de 5 años en los que el tema de la marca había sido prácticamente un tema tabú, estuvimos analizando la traumática situación con mucho cariño y muchas risas.

Hoy voy a compartir contigo los 3 errores garrafales que mi amiga y yo cometimos en nuestro proyecto y que nos hicieron perder más de 6.000 euros:

  1. Prueba tu producto / servicio:

    Sin ningún tipo de experiencia previa en emprendimiento, arrancamos con el diseño y producción de 6 modelos de camisetas para hombre y mujer en 3 tallas distintas para cada uno, 3 modelos de cuadernos, 6 modelos de tazas y 3 diseños de láminas decorativas.

    Cortas de presupuesto pero sin miedo al éxito.

    ¿Crees que hicimos solo algunas unidades para probar qué tal se vendían nuestros productos?

    Ni hablar.

    Cuando visitamos a los diferentes proveedores nos explicaron que, lógicamente, si producíamos un volumen bajo el coste unitario subía. De forma que no podíamos mantener el precio que nosotras teníamos pensado porque literalmente perdíamos dinero.

    Como producir poco no nos era rentable y encarecía demasiado el producto, decidimos jugar a ser empresarias y comprar decenas y decenas y decenas de cada producto sin ni siquiera saber si a la gente le iban a gustar :)

    A día de hoy sigo teniendo producto almacenado en mi casa, en casa de mi abuela y en casa de mi madre.

    Primera conclusión: prueba tu producto en pequeña escala aunque al principio no te sea rentable. Te servirá para ver si se vende y también para comprobar la calidad (¡muy importante!).

  2. Estuvimos meses trabajando en el diseño del producto, visitando y comparando proveedores, fotografiamos todos los productos para la web, diseñamos la web, configuramos varias pasarelas de pago con los trámites bancarios que eso implica, creamos y legalizamos una empresa, imprimimos etiquetas, pegatinas, sobres de envío, tarjetas de visita y un largo etcétera.

    Lo hicimos TODO menos lo importante para un negocio: VENDER.

    ¿Necesitábamos una web profesional para empezar a vender? NO.

    ¿Necesitábamos etiquetas con nuestro logo para empezar a vender? NO.

    ¿Necesitábamos los sobres de envío más Pro cuando no teníamos ni una sola venta? NO.

    ¿En serio era necesario registrar legalmente una empresa para empezar a vender 4 camisetas? jajajajaj

    Nos divertía la creación de la marca pero nos paralizaba la idea de exponernos a la realidad.

    Conclusión: Céntrate en vender, en aprender de los primeros clientes y sus feedbacks. Date a conocer. Ofrece un buen servicio para que te recomienden y, sobre todo:

    NO esperes a tenerlo TODO listo para empezar. Empieza y después ve construyendo progresivamente.

    Si estás pasando por un momento parecido a ese en el que no terminas de lanzarte al mercado, te dejo un vídeo en el que comparto contigo 4 consejos para salir de la parálisis por análisis.

    https://www.youtube.com/watch?v=aFxU2GFfY9I

  3. Aprende conscientemente de tus experiencias:

    Hay otras muchas cosas que me llevo de esa experiencia: la importancia de cuidar las relaciones, el aprender a escuchar a mi familia, et. pero si hay algo que a día de hoy me llevo como regalo es el aprender a utilizar mi pasado como maestro.

    Y sé que suena muy tópico, pero esa experiencia estuvo marcando muchas decisiones de mi vida tiempo después.

    Temía volver a fracasar. Temía volver a perder dinero. Temía volver a quedar mal.

    ¿Sabes cuándo desapareció esa situación?

    Cuando me detuve a analizar qué había sucedido exactamente para que el proyecto no fuera bien.

    Analicé cada uno de estos puntos para darme cuenta de lo que no tenía que volver a repetir en proyectos futuros.

    Y ahí es donde inevitablemente se despierta esa emoción de gratitud.

Si en algún momento has tenido alguna experiencia que no haya salido como tu esperabas, me encantaría conocerla para también poder aprender de ella. Puedes compartirla conmigo respondiendo a este correo o por mensaje en Instagram.

¡Que tengas un buen inicio de semana!

¡Un abrazo!