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Si no cambias algo, lo estás eligiendo
Cuando decidí venir a vivir a Perú, pensamos que era buena idea mudarnos a una casa más grande.
Un mes antes de que fuera para allá, Mihail encontró un piso que encajaba perfectamente con lo que estábamos buscando y nos lo quedamos.
Lo que más me gustó cuando vi las fotos fue que había ventanales enormes por todas partes.
Cuando llegué a Perú, me di cuenta de que las fotos no le hacían justicia.
Entraba todavía más luz natural de la que pensaba. Además, justo delante de casa tenemos una pequeña montañita de la que os hablé el angún correo anterior.
La montañita en cuestión no tiene ni una sola planta, ni un solo árbol. Pura arena y piedras.
Es un pezado de Marte en La Tierra; perfecta para pasear con mi perro porque está, literalmente, a 2 minutos andando.
Ventanales gigantes, balcón grande y vistas a una montañita.
¿Qué podría salir mal?
Bueno, el polvo pasó a ser parte de nuestra familia y de nuestra rutina diaria.
En verano, limpias el polvo de toda la casa por la mañana y por la noche vuelven a estar los muebles cubiertos.
Ante esta situación, teníamos tres opciones:
Limpiar todos los días una o dos veces para mantener la casa limpia.
Ignorar el polvo y resignarnos a vivir con la casa sucia.
Cerrar las ventanas y poner un aire acondicionado.
Limpiar la casa varias veces al día es la opción más desgastante, pero es buena si quieres tener la casa limpia.
Ignorar el polvo y resignarse a vivir con la casa sucia es algo que en varias ocasiones se me pasó por la cabeza.
¿Hay polvo? ¡Pues hay polvo! ¿Qué más da?
Pero rápidamente me di cuenta de que ‘sí da’.
Vivir en un lugar lleno de polvo no es agradable.
Cerrar las ventanas y poner aire acondicionado es, claramente, la opción más cómoda.
Sin embargo, las ventanas que tenemos aquí no son aislantes, tenemos techos altos y espacios abiertos, así que enfriar toda la casa requiere una buena inversión.
Y de esta forma tan simple, llegamos a una de las encruzijadas más comunes frente a la que la vida nos coloca constantemente:
Todo, absolutamente todo, tienes pros y contras.
Piensa en esa situación que en este momento te incomoda y te genera malestar…
¿Te esfuerzas inagotablemente para soportar la situación con la esperanza de que un día cambie?
¿Te conformas porque piensas que eso es lo máximo que mereces?
¿O decides ‘cerrar las puertas’ a eso que te hiere para proteger tu bienestar y tu paz mental?
Recuerda que cuando no cambias algo, lo estás eligiendo.
Porque, aunque sea complicado de aceptar, te resulta más cómodo lamentarte que tomar decisiones al respecto y lidiar con las consecuencias.
Ahora bien, lo que te mantiene en bucle es el conflicto que se genera entre los pros y los contras de cada opción:
Limpiar el polvo 2 veces al día es pesado, pero te permite tener la casa limpia y ahorrar.
Si ignoras el polvo tendrás la casa sucia, pero tendrás tiempo y energía para otras cosas.
Instalar el aire requiere una inversión, pero tenrás la casa limpia y una buena temperatura.
Tomar decisiones es difícil porque implica perder algo.
Y lo que te mantiene en una duda constante es quedarte con las ventajas pero no aceptar las consecuencias.
Y eso, a parte de ser agotador, te impide disfrutar de las ventajas de la opción elegida.
No aceptar los contras, te impide disfrutar plenamente de los pros.
Así que ten súper presente que:
No existe la opción correcta.
Aceptar los pros y los contras de cualquier decisión te coloca en una posición de responsabilidad y dejas de ser una víctima de las circunstancias.
Solo podrás ser plenamente feliz cuando aceptes que todo lo bueno tiene cosas malas y que todo lo malo tiene cosas buenas.
JOURNALING
Establece 15 minutos de reunión contigo. Ponte música relajante y escribe con la absoluta tranquilidad de que nadie más que tú va a leer esas palabras.

¿Qué decisión no estoy atreviéndome a tomar por no querer aceptar sus consecuencias?
¿De qué beneficios no estás disfrutando por no atreverte a decidir?
¿Cómo cambiaría tu vida si asumes la responsabilidad en lugar de percibirte como una víctima?
¿Cómo podrías gestionar las consecuencias negativas de tu decisión?
¿Qué te depara el futuro si continúas sin tomar decisiones importantes?
TIEMPO PARA MÍ
Te invito a escuchar este episodio del Podcast:
Pon tu vida en orden y recupera el control sobre ti
AVISOS IMPORTANTES
Si te interesa iniciar un proceso de acompañamiento individual, contacta conmigo para recibir toda la información.
Como siempre, muchas gracias por estar aquí. Te escribo el próximo miércoles.
Y recuerda que…