Superar un engaño

El impacto de un engaño va mucho más allá de lo que podemos imaginar.

El impacto de un engaño, una estafa o una traición va mucho más allá de lo que podemos imaginar.

En este caso, a la persona que me hizo la consulta le habían estafado 10.000 dólares. Y, no sólo había perdido esos 10.000 dólares sino que además ahora él debía 10.000 dólares a personas de su entorno que habían confiado en él y en su decisión.

Aparentemente, conseguir 10.000 dólares para saldar esa deuda debería ser suficiente para resolver la situación, pero la realidad no es así.

No sólo no es sencillo conseguir esa cantidad de dinero, sino que además se pierde también una gran cantidad de autoestima en el proceso.

El autoconcepto queda completamente dañado, confías mucho menos en ti y en tu criterio, te percibes como menos inteligente y, en función del estado psicológico de la persona, esto puede suponer una gran alternación en la personalidad.

Por si fuera poco, la imagen de cara al entorno también se ve inevitablemente afectada y, sentir que hemos decepcionado a ‘los nuestros’ es una gran causa de dolor en el ser humano.

Es evidente que aquí se ha generado una herida profunda. Y no solo es una herida ‘en el bolsillo’ sino una herida emocional y psicológica, que es mucho más importante.

Sea cual sea el tipo de engaño o traición que se experimenta, el primer paso es darse cuenta de que, más allá de lo evidente, de la capa superficial, existe una herida interna mucho más profunda.

Ser consciente de eso te permitirá comenzar a tratarte con compasión, porque puede ser que cometieras un error. Te equivocaste. Es cierto.

Pero no olvides que eres humano y absolutamente todos nos equivocamos.

Tomando esta situación como ejemplo, existen dos caminos que deben recorrerse en paralelo:

  • Búsqueda de soluciones prácticas: recuperar esos 10.000 dólares para saldar la deuda.

  • Transformación interior: sanar las heridas en forma de inseguridades y miedos que ha producido esta situación.

Búsqueda de soluciones prácticas

¿Qué opciones existen para recuperar esos 10.000 dólares en el menor tiempo posible? ¿Qué actividades extra se pueden realizar? ¿Qué gastos se pueden recortar? ¿Qué planes se pueden aplazar?

Buscar soluciones prácticas exige momentos de serenidad para tomar buenas decisiones.

Lo complicado es encontrar esa serenidad cuando nos dejamos llevar por emociones provocadas por heridas a las que ni siquiera prestamos atención o ni siquiera sabemos que tenemos.

Por eso, separar los dos caminos es un ejercicio interesante, porque en el momento en que te dedicas a buscar soluciones prácticas lo haces sabiendo que, por otro lado, estás atendiendo todas y cada una de tus vulnerabilidades.

Esto es lo que se llama tener serenidad y ser compasivo con uno mismo.

Transformación interior

El paso cero para sanar es dejar de hacerte más daño.

Somos nuestro peor juez y eso no ayuda en estos casos.

Perdónate. Libérate de la culpa. Lo más probable es que hicieras las cosas con la mejor de las intenciones y simplemente no esperabas que pasara lo que pasó.

Perdonarte no significa justificarte. Significa comprenderte.

No es tu culpa lo que sucedió, pero sí es tu responsabilidad gestionarlo de la mejor manera, porque lo que ahora está en juego es algo mucho más importante que el dinero: es tu bienestar, tu paz mental y la calidad de tu vida.

En la vida existen infinitos acontecimientos que no dependen de nosotros y aceptar esa realidad significa comprender que vamos a cometer errores. Es inevitable.

Ahora bien, ¿qué piensas de ti mismo a raíz de esa situación? ¿Qué no te permites sentir desde entonces? ¿Cada cuánto te recuerdas tu error? Así como pediste perdón a los tuyos, ¿te has pedido perdón a ti mismo?

Ahora es primordial trabajar activamente en tu bienestar. En tu paz mental.

Es imprescindible añadir en tu rutina diaria acciones que te nutran, que te hagan sentir feliz, que te hagan sentir en paz, aunque sea solamente durante unos minutos.

Estas acciones son el medicamento que necesitas para recuperarte.

Cuando se ha atravesado una traición o un engaño, el cuidado es esencial.

Sin embargo, cuando se vive un engaño es muy común atravesar una fase en la que uno se castiga a sí mismo por haber sigo engañado.

Evidentemente, esto agrava mucho la situación.

Espero haberte podido ayudar con esta información.

Teniendo en cuenta que cada caso es muy personal y concreto, no dudes en contactar conmigo si quieres que te ayude en tu proceso de sanación.

¡Te envío un fuerte abrazo!