- Marta Micolau
- Posts
- Tu problema NO son las hormonas
Tu problema NO son las hormonas
Uno de mis principales miedos antes de quedarme embarazada era desequilibrarme emocional y psicológicamente y no tener control sobre ello.
Había escuchado y leído mucho sobre el impacto de las hormonas en el cuerpo y pensaba que en cualquier momento estos cambios podían inundarme por completo y dejarme sin control sobre mí misma.
Es cierto que el primer trimestre fue complicado, pero estos últimos meses he estado prestando bastante atención a este tema y he sacado algunas conclusiones que quiero compartir contigo.
Muchas chicas a las que acompaño en sesiones individuales me comparten que los días previos a la menstruación suelen sentirse más sensibles, vulnerables o irascibles. Y son estas sensaciones las que provocan que ‘odiemos tener la regla’, porque nuestro carácter se vuelve un poco más ‘desagradable’ y no nos soportamos ni nosotras mismas.
Sin embargo, pensar así es precisamente lo que acentúa estas sensaciones y provoca que cada mes sea como una bola de nieve cada vez más grande y más incontrolable.
Además, te estás perdiendo la grandísima oportunidad de aprender a cuidarte y escucharte.
Entonces, ¿cómo puedes utilizar estos cambios hormonales a tu favor?
Conectando con ellos y con lo que te hacen sentir.
Escuchándote.
Sé que puede parecer complicado, pero te aseguro que no lo es.
Normalmente, estos picos hormonales acentúan sensaciones que conviven con nosotras a diario pero ‘en estado latente’ y suelen representar miedos, cosas que nos molestan o nos entristecen, inseguridades o anhelos que realmente existen en nosotras pero a los que no prestamos demasiada atención en el día a día.
De forma que estos cambios hormonales son ese subrallador amarillo con el que, una vez al mes, se nos destacta aquello a lo que no queremos prestar atención el resto de semanas porque consideramos poco importantes o porque nos da miedo afrontar.
Tus hormonas vienen a mostrarte la verdad, querida.
No es casualidad que a estas alturas de mi embarazo (casi 7 meses), me sienta tan en paz y sin cambios bruscos de humor.
Ni es casualidad que no fuera así durante el primer trimestre.
Los primeros meses tenía náuseas todo el día y eso, evidentemente, afecta al estado anímico.
Pero además, tenía algunas preocupaciones que, debido a las hormonas, se acentuaron.
En ese momento estaba viviendo en Perú. Quería que mi hija naciera en España pero… ¿dónde íbamos a vivir? ¿Teníamos que comprar un piso en tiempo récord? ¿O alquilar algo más grande? ¿Hacer una reforma integral del piso en el que vivía antes? ¿Cómo íbamos a gestionar los papeles de mi pareja? ¿Volveríamos a estar meses sin vernos y pasar medio embarazo sola? ¿Verdaderamente quería volver a España? Si seguía sintiéndome tan mal, ¿tendría que dejar de trabajar tan pronto?…
Si te fijas, mi malestar no era ‘por las hormonas’.
Bueno, las náuseas sí.
Pero la ansiedad y preocupación que sentía eran la consecuencia de varias inquietudes reales que tenía en ese momento.
Cuando todos esos temas se resovieron, volví a sentirme en paz.
Ahora bien, ¿qué hubiera pasado si yo no estuviera bien con mi pareja? ¿Si no me sintiera cuidada o escuchada por él? ¿O si me sintiera frustrada con mi vida profesional? ¿O si estuviera atravesando una crisis económica? ¿O si mi relación con mi familia o amigos no pasara por su mejor momento?
Exacto.
Culparía a las hormonas de mi mal humor o mi tristeza cuando, en realidad, simplemente estarían resaltando temas que verdaderamente me angustian.
A partir de este momento, te invito a que cada vez que sientas que esas hormonas te invaden, en lugar de castigarles y hablar mal de ellas, cojas papel y boli y te dediques unos minutos a escribir qué es lo que estás sintiendo y cuáles son las causas.
¿Qué te molesta?
¿Qué te entristece?
¿Qué necesitas?
¿Qué no te atreves a expresar?
¿Qué te asusta?
Y, a continuación, tomes la decisión de atender todas y cada una de esas necesidades.
Porque así es como te conviertes en tu mejor aliada.
En tu mejor amiga.
Y así es como comienzas a poner en orden parcelas de tu vida que hasta ahora habías estado ignorando, porque nunca es tarde para aprender a hacer las cosas de otro modo.
Espero que este correo te ayude a tomar la decisión de mejorar la relación contigo misma porque esa, sin ninguna duda, es la relación más importante de todas.
¡Te envío un súper abrazo!
Feliz domingo